De las generalidades
El texto que nos ocupa forma parte de la sección oráculos a las naciones. Hay un convencimiento que la cúspide o el centro de estos oráculos es el que tiene como destino a la nación de Israel.
El cerco pedagógico que a tendido Amós para denunciar la maldad de la nación de Israel, nos alcanza un dato por demás importante: lo especifico esta en directa relación con lo general. Israel forma parte de un sistema en el cual están incluidas todas las naciones que se denuncian. Son naciones periféricas al poder imperial de la época (Egipto o Asiría), contra el cual, curiosamente, no hay denuncia. A menos que la denuncia sea contra la vocación imperialista reproducida en las naciones subordinadas.
Todas estas naciones periféricas son denunciadas por la violencia cometida contra naciones vecinas, probablemente, en el marco de acciones expansionistas como es señalado en el oráculo contra Amón (1,13). Solo Israel, si nos limitamos al oráculo, es denunciado por la violencia interna. Y eso, que eran tiempos cuando la monarquía de turno desarrolló acciones militares expansionistas exitosas.
Por esa época Israel gozaba de cierta estabilidad política y económica. Una vista al exterior deja ver un momento de inestabilidad de los centros de poder imperial, lo cual le permitió cierto respiro a la monarquía como para realizar operaciones expansivas y asegurar sus fronteras (logró controlar las amenazas vecinas). Una vista interna deja ver la evidente prosperidad económica en la vida de comodidad, lujos y disipación de ciertos sectores sociales. Además de “boom urbanístico arquitectónico” que despertaba sentimientos de realización y de seguridad.
La estabilidad política y la prosperidad económica sirvieron para que ciertos sectores se beneficiaran y elevaran sus estándares de vida. Mientras que otros sectores veían reducirse sus posibilidades de alcanzar bienestar social. La implementación de una sociedad israelita con equidad se convirtió en un sueño cada vez más alejado de una concreción histórica. El sueño no realizado tenía una objetivación histórica de fácil acceso: los pobres.
La normatividad del ordenamiento social y religioso, fundada en una gesta liberadora que significó la oportunidad del pueblo oprimido y esclavizado para autodeterminarse, sufrió un fuerte deterioro provocado por las esferas sociales que detentaban el poder y estaban en la obligación de proporcionarle actualidad.
Asi, en el texto de Amós, no podemos hablar de injusticia a secas, esta injusticia es de carácter social. En ella, están implicadas las estructuras dentro de las cuales interactúa la sociedad israelita, desarrollando relaciones injustas por el carácter violento, arbitrario, discriminatorio, desigual y excluyente, frente a la cual se plantea la clausura de ese ordenamiento por su incapacidad para generar justicia social. La justicia social aquí, tiene que ver con dejar de hacer pagar a los más vulnerables el costo del progreso de la sociedad. Dicho en términos crasos, del sector social que se favorece por el usufructo del poder político y religioso.
La injusticia social refrendada por los procedimientos estructurales desprotege a la sociedad y la dejan expuesta a las fuerzas sociales destructivas que para sostenerse generan un alto costo social, entiéndase, vidas humanas. El correlato de la injusticia social es la justicia social que pasa por la reestructuración y reorientación de los espacios y procedimientos institucionales en la perspectiva de la reproducción y desarrollo de la vida amenazada.
En lo que sigue, haré algunas precisiones que el texto me provoca. En definitiva no es la pretensión quedarme extraviado en el pasado sino tratar desde mi presente releer el texto sin caer en los anacronismos groseros. En los otros me imagino que va a ser bastante difícil.
Sin solución.
“Por tres pecados… y por cuatro, no revocaré tu castigo”. Los números 3 y 4 son usados tanto para fundamentar el carácter irrefutable e irrevocable de la sentencia, como para denunciar la incapacidad de una sociedad para realizar por si misma un quiebre a las fuerzas de la inercia
[1] social y psicológica que la “invaden” y la hacen históricamente no viable.
A simple vista, las cifras, parecen indicar el desborde de una medida por acumulación. Algo asi como que acumulación de pecados individuales hacen a una sociedad pecadora. Por tanto, los individuos malos son los generadores de la maldad de una sociedad. ¡El todo es la suma de las partes!
Pero lo más probable es que sirvan para poner en evidencia aquello que no parecía tener nada más que un limitado y esporádico protagonismo. Dicho de otro modo, es el pecado-mundo donde todos y todas, simultáneamente, somos victimas y victimarios. ¡El todo es mas que las suma de las partes! Para nuestro tiempo, es la visión holística de la realidad.
Desde este texto bien podemos asumir el reto a pensar la realidad del pecado desde la complejidad y la indeterminación
[2], desde los autoorganizadores y los autorreguladores de las producciones sociales.
La contundencia de la sentencia, inmediatamente, nos conduce a preguntarnos: ¿tal sociedad o tales sociedades han existido o pueden existir en el presente?
[3] ¿Cómo eran estas sociedades? Vienen a mi mente los nombres de Sodoma, Gomorra y también, Nínive; ciudades que aparecen en la tradición bíblica. Las dos primeras condenadas a la destrucción por ser históricamente inviables y la tercera, cuando se vio al borde del abismo, cambió.
¿Como puede llegar una sociedad a la situación de inercia que la haga indefendible y no viable?
[4] ¿Que factores se conjugan para generar tal inercia? No podemos saber si el profeta “conocía” la realidad social como nosotros hoy la conocemos
[5]. Sin embargo, la precisión de su enjuiciamiento nos obliga a pensar que su aproximación estuvo bien enfocada porque le permitió hacer un desvelamiento sistémico de la sociedad israelita. Sin aspaviento ni elucubraciones especulativas su denuncia tiene el punto de arranque en la vida cotidiana institucionalizada.
Hoy sabemos que la inercia social o las inercias sociales son resultado de la convergencia interactiva de factores ambientales, tecnológicos e institucionales. Sabemos también que las inercias sociales son un muy valioso espejo de la interacción desequilibrada de los factores en el devenir de la historia humana y que encuentran su expresión en la subordinación, desplazamiento o amenaza de unos en beneficio/perjuicio de otros.
La incidencia de los factores en alguna manera esta condicionada y determinada por las relaciones de poder
[6] y las relaciones de producción
[7]. La vida en sus dimensiones personales, sociales, económicas y ecológicas lleva sus marcas.
2. ¡Si! Está probado.
Para hacer su lectura de la realidad social, el campesino-profeta, no ha tenido necesidad de una “bolita de cristal” o de “la espada del augurio para ver más allá de lo evidente” o de una teoría social. Los hechos sociales que señala acontecen a ojos vista de todos en la puerta de la ciudad, en el santuario o el Templo, etc.; pero como son hechos que forman parte de la rutina social no todos los “ven” a la manera del profeta.
¿Qué hace que el campesino-profeta puede ver lo que los demás no pueden ver? Ya se dijo que aquí no hay nada mágico. La distancia necesaria para considerar los hechos en su verdadera dimensión, probablemente, se lo permite su extranjería. El campesino-profeta no pertenece a la sociedad israelita, no esta naturalizado a la realidad social “oficial” y eso le favorece para tener una distancia adecuada y siempre necesaria que permita la aproximación como una toma de posición antes que la mera lectura
Pero la extranjería no parece ser suficiente para explicar la lectura del campesino-profeta. ¿Por qué? Ya de antemano, al anunciar la “no viabilidad histórica” de su sociedad (2, 4-5), ha dejado en evidencia que es un “desubicado o desadaptado social”. Si suena feo, digámoslo más suavemente, es un tipo socialmente no conformado
[8]. Y aquí una pregunta: ¿es el profeta un campesino no conformado a la vida de la ciudad y por eso la denuncia y la condena?
Pero la cosa parece ir más allá, el campesino-profeta es un inconforme cuya inconformidad tiene causales religiosas. En la raíz de la inconformidad aparece la intervención de Dios o si se prefiere decirlo desde el campesino-profeta, su experiencia de Dios. El campesino no siempre fue profeta. Y como nada sucede con independencia de los procesos socio-psicológicos, el campesino fue haciéndose profeta en el tedio de la cotidianidad.
En ese proceso, me atrevería a sostener, se entrecruzan dos elementos que fundan inconformidad socio-psicológica: la intervención-experiencia de Dios y la indignación ética. Si se tienen presente la fuerza de la inercia, es dudoso que la una se de sin la otra. Pero hay algo más, me atrevería a decir que la intervención-experiencia de Dios direcciona la indignación ética para que ésta no se abrume de impotencia y confusión.
El campesino-profeta, con una destreza y una sobriedad impresionantes va a “dibujar” sus pruebas por qué la sociedad israelita se convirtió en una sociedad históricamente no viable. Y en los porqués va a quedar en evidencia, más explícito no se puede ser, el papel que los factores institucionales han jugado en la creación de inercias sociales que corroen el tejido social generando víctimas humanas.
En la sociedad israelita, está probado que “el inocente
[9] es vendido por dinero”, y eso la hace históricamente no viable. El inocente aquí, más que un individuo, es una persona corporativa que es sistemáticamente empobrecida, endeudada y finalmente reducida a mercancía intercambiable. Es la obra perfecta de un sistema, personificación del rey Midas: “Todo lo que toca es comercializable y que no tiene pierde”, que despoja de su humanidad a las personas más vulnerables hasta degradarlos a meros objetos de baja cotización. La vida humana del inocente/pobre pone en evidencia la perversidad deshumanizante del sistema.
En la sociedad israelita esta probado que “se niegan a hacer justicia a los humildes”
[10] y eso la hace históricamente no viable. Los derechos de los humildes en los tribunales no cuentan porque las leyes no se hicieron para proteger las condiciones materiales que les permitan vivir con dignidad. Los humildes y sus derechos terminan sacrificados en el altar de la seguridad nacional y de la necesidad pública. Los humildes y sus derechos son sacrificados en el altar del progreso y la prosperidad de los que más tienen.
En la sociedad israelita esta probado que “el padre y el hijo profanan el nombre de Dios” y eso la hace históricamente no viable. El pecado de “profanar el nombre de Dios” tiene carácter socio religioso y encuentra su expresión en la prostitución sagrada, la usura desmedida y la legislación corrupta. La alusión a “Padre e hijo” conduce a colocar en escena la casa patriarcal como espacio reproductor de una forma de sociedad socavada por la promiscuidad, la avaricia, la disolución y la indolencia. La corrupción ha dislocado la razón de ser de las instituciones: de espacios de protección de las personas nacidas en desventaja legal a altares donde la vida de las personas en condiciones de vulnerabilidad extrema son sacrificadas.
En la sociedad israelita esta probado que “con dinero de multas injustas compran vino que beben en el templo de su dios” y eso la hace una históricamente no viable. Con una meridiana nitidez queda descrita la arbitrariedad que orienta la formulación de nuevos impuestos
[11]. Quienes tienen el poder inventan impuestos para exteriorizar los costos de una vida religiosa disoluta que desvela su carácter idolátrico al tomar distancia de la práctica de la justicia. . Y demuestran que la práctica religiosa alejada de la justicia es idolátrica. Con esas legislaciones tributarias los pobres son obligados a pagar los estilos de vida de los que más tienen.
En la sociedad israelita esta probado que “prohibieron a los profetas que hablaran
[12]” y eso la hace históricamente no viable. Es una política sistemática de silenciamiento de las voces que pudieran poner en cuestión el sistema de vida socio religioso. He aquí la explicación para la misión profética del campesino-profeta fuera de su tierra. La prohibición a los profetas no niega su existencia sino confirma su presencia en la sociedad. Solo que los profetas fueron hechos “conversos” del sistema, los voceros que legitiman su ordenamiento y clausuran las vías de exteriorización. Asi se afirma un sistema idolátrico y se niega las posibilidades de la vida fuera de él.
3. ¡No basta! El comienzo liberador que tuvo Israel no fue suficiente para que años después fuera declarada sociedad, históricamente, no viable. ¿A que comienzo me refiero? Israel era una comunidad de migrantes esclavizados en el Egipto que vivió su experiencia de Dios como “salida” de ese sistema imperial esclavista. Dios lo sacó de una tierra de esclavitud para hacerlo ingresar en una tierra de promisión.
El desplazamiento geográfico ni la muerte de la generación que nació y creció en el Egipto, bastaron para provocar en la nación de Israel un desplazamiento mental de carácter liberador. En su transito por el desierto la inercia psicológica
[13] fue una constante dificultad para convencer que la tierra de promisión era mejor que la tierra de esclavitud de donde había sido sacado.
En el desierto, curiosamente, la tierra de esclavitud sufrió una transformación en el imaginario del pueblo liberado y se convirtió en la tierra deseable de la cual jamás se debió salir. Y, en más de una ocasión se montaron operativos psicosociales para promover el retorno. Hasta la objetivación del Dios causante de la liberación adquirió la forma de una de las divinidades egipcias para conducir el retorno. Y cuando se estableció en la tierra de promisión, quedó fijada allí la imagen egipcia de Dios: El dios que saca del Egipto reproduciendo el sistema de esclavitud.
De poco sirvió que los profetas, empezando por Moisés, le hicieran recordar constantemente al pueblo que al entrar a la tierra de promisión no reprodujera el sistema social esclavista que había dejado atrás. Como no tenían modelo propio “para armar”, más fácil les resulto reproducir el modelo que muy bien habían interiorizado durante sus años de esclavitud. Y asi lo hubieran tenido, en ese modelo con seguridad estarían presentes elementos del modelo que abandonaron.
El desplazamiento de una mentalidad imperial esclavista hacia una mentalidad antiimperial liberadora hasta hoy sigue siendo una tarea pendiente. Porque es un hecho que, transitar una liberación objetiva en la geografía no es suficiente garantía de haber iniciado una real liberación sino esta implicada la subjetividad del pueblo. Los procesos mentales son mucho más complicados que los procesos fácticos.
El transito de una imaginario esclavista a un imaginario liberador debe significar, por necesidad, la objetivación y producción de un modelo “para armar”. Un modelo “para armar” es un recurso indispensable para caminar hacia la sociedad soñada pero no debe servir para caer en la tentación de la historización acabada. Eso no es posible que suceda, porque es una “ilusión trascendental”
[14] que no tiene con que hacerse en la realidad empírica precaria. Las sociedades con modelo para armar no tienen punto de llegada porque siempre están en transito.
El modelo para armar idealizado jamás debe servir para absolutizar las producciones socio históricas. Esa no es su función, aunque la historia da cuenta de las reiteradas que ha sido usado con ese fin, su función pasa por la denuncia de la temporalidad y la provisionalidad que caracteriza la precariedad humana. Debe servir denunciar sus posibilidades y necesidad de perfectibilidad en orden a su razón de ser: hacer posible la producción, reproducción y desarrollo de la vida en sociedad, mayormente de quienes son más vulnerables. Justamente estos, constituyen la medida de viabilidad o no viabilidad histórica de las sociedades, como construcciones humanas.
De su conclusión
A modo de conclusión me atrevería a decir que el oráculo a Israel, que es el centro de la atención del profeta, es un reflejo pesimista de todo el libro: no hay ningún indicio de esperanza para Israel como proyecto histórico, como construcción social.
Figurativamente se diría que el profeta ha realizado un operativo de “desalojo histórico”. Israel ha sido desalojado o expulsado del futuro como horizonte de sentido y de realización. El horizonte ha quedado clausurado por el profeta y la expectación del futuro para Israel ha sufrido una inversión radical.
Por la alusión que el profeta hace de “aquel día”
[15], se puede presumir que el caminar histórico de Israel estaba orientado por un ideal paradisíaco que fungía de pararrayos para neutralizar las tormentas históricas y alentar la expectación de “llegar” a él. Pero no contaban con que su caminar no los acercaba a su ideal sino que lo estaba modificando radicalmente. Tanto asi que no vivirían para contarlo.
El desalojo histórico de Israel es realizado por las fuerzas de la naturaleza. La naturaleza es la que realiza la expulsión de Israel. En la tradición bíblica no es novedad esta manera de ver los juicios históricos ejecutados por la naturaleza. Y es que una sociedad injusta no solo envilece la vida de los que la constituyen sino que también envilece misma naturaleza
[16]. La naturaleza por medio de un terremoto realiza el juicio de Dios
Finalmente quiero terminar con la imagen que nos debemos dejarla de lado en esta lectura, los ejércitos y las armas que en algún momento sirvieron a Israel para hacerse espacio, para establecerse y viabilizarse como nación, ya no le sirven frente a la abrumadora realidad que han creado. La figura del soldado desnudo que no encuentra otra cosa que hacer con su arma que deshacerse de ella, es más o menos hacia donde estamos yendo nosotros como sociedad mundo frente a las amenazas que vienen de la naturaleza.
[1] Usamos la palabra inercia, extrapolada del campo de las ciencias físicas a las ciencias sociales y humanas, para señalar las fuerzas sociales y psicológicas que “mantienen el cuerpo social en reposo o en movimiento a una velocidad constantes”. Todo cambio al “estado en reposo” o al “estado en movimiento” solo puede ser producido por una fuerza superior a la fuerza de la inercia.
[2] Cuando los humanos, u otros seres, se vinculan en sociedades, aparecen los fenómenos de la participación multitudinaria. Esta participación suele ser asincrónica, dependiente de la senda (de la historia previa) y aleatoria y esto deja una indeterminación infranqueable con respecto a los resultados finales de cualquier proceso histórico. Por ese motivo, los sistemas ecológico-económicos deben verse no como entidades estáticas, sino como blancos móviles con múltiples futuros posibles y cuyo estado final dependerá de todo lo que ocurrió antes. Así pues, contrariamente a lo que piensan neoliberales y marxistas, vivimos y viviremos siempre en un mundo complejo, indeterminado, históricamente condicionado, lleno de incertidumbres y donde el cambio y lo nuevo deberán convivir con el presente y el pasado. Armando Gamarra. Fundamentalismo económico y destrucción de la naturaleza.
http://www.nodulo.org/ec/2003/n022p17.htm[3] Recuérdese las condenas mutuas de inviabilidad entre las sociedades capitalistas y las sociedades socialistas. Vease: Franz Hinkelammert Critica a la razón utópica. Pág. 22
[4] Se sabe por el mismo Amós que Israel esperaba el día del Señor como el día de su plena realización y no como un día de condenación. Esto puede suceder cuando una nación o una sociedad ha integrado el mito de la sociedad ideal a su realidad empírica. Asi, no hay posibilidades de cambio porque se piensa que su realidad empírica lo aproxima a su plenitud. Esto sucedió a las sociedades antiguas y también a las modernas. Curiosamente cuando sucede no hay conciencia de que son sociedades míticas. Ver: Franz Hinkelammert, Crítica a la razón utópica. Pág. 202-203.
[5] Pero si sabemos que él no contaba con las herramientas teóricas que nosotros si disponemos para acercarnos a la realidad social.
[6] Que caracterizan todas las relaciones sociales en términos de dominación – subordinación. Las relaciones de poder son clave para entender la aparición de resistencias y exteriorizaciones porque aquellas nunca logran el cierre total de la sociedad. Dice Foucault: “desde que haya una relación de poder, hay una posibilidad de resistencia; nunca estamos totalmente acorralados por el poder; siempre se puede modificar su alcance, en condiciones determinadas y según una estrategia precisa” (Foucault, 1994a: 267)”. Ver en: Peter Pal Pelbart. Biopolitica y contra-nihilismo.
http://www.ucentral.edu.co/NOMADAS/nunme-ante/21-25/nomadas-25/p6a%2019.PDF[7] Por ejemplo, ahora “los estados no pueden ir contra el actual modelo de producción y consumo masivos porque dependen de él para cubrir sus ingresos. De momento se limitan a minimizar las consecuencias negativas que el sistema genera”.
http://habitat.aq.upm.es/boletin/n5/apsub.html[8] No se nace conforme ni obediente, sin embargo ambas son conductas actitudinalmente aprendidas. Dependen, fundamentalmente, del estilo de crianza al que son expuestas las personas. En nuestras culturas latinoamericanas, por ejemplo, los adultos tienden a criar con actitudes de sobre-protección fomentando el desarrollo de personalidades de mucha dependencia emocional y mucha conformidad como virtud de "buen hijo/a". La conducta social que se espera de los miembros de un grupo va dirigida hacia las cosas que "debe hacer todo el mundo". Se enseña desde la infancia que obedecer es una forma positiva de conducta. Esto significa que muy temprano en el desarrollo se aprende la conveniencia de acatar valores, tradiciones, costumbres, hábitos y conducta mediante la obediencia de normas y guías sociales. Conformidad y Obediencia
http://apsic.blogspot.com/2005/11/conformidad-y-obediencia-2.html[9] Aquí, inocente, tiene más el sentido de indefenso que de ausencia de pecado personal
[10] La Nueva Biblia Española dice: “tuercen el proceso del indigente”.
[11] El obispo Gianfranco Girotti, regente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica Vaticana, considera una practica pecaminosa la desigualdad fiscal, "en la que los pobres -dijo- son cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos, alimentando una insostenible injusticia social". Vease: El Periódico de Extremadura.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=361139 11/03/2008 EFE
[12] Hablaran” tiene el sentido de profetizar.
[13] Inercia psicológica es la predisposición negativa al cambio, debido a la “programación” que todos tenemos como integrantes de una determinada sociedad. Véase: Inercia psicológica ¿un concepto nuevo en educación?
http://www.apoex.net/encuentro/textos/inercia.pdf [14] Franz Hinkelammert, Crítica a la razón utópica. Pág. 25.
[15] Aquel día es el Dís del Señor que en el pensamiento popular estaba relacionado con el tiempo de la reivindicación de Israel, tiempo de desquite de todos sus adversarios, pero la figura se invierte porque es el dia del enjuiciamiento del mismo Israel.
[16] Véase Isaías 24, 1-23. Allí se indica la profanación de la tierra por causa de las acciones humanas… y también sobre los juicios en forma de terremotos.